En los tiempos que vivimos, hacer una correcta clasificación y eliminación del material sanitario es, actualmente, una prioridad.

Con la llegada de la pandemia de Covid19, se ha normalizado el uso de la mascarilla en nuestro país. Además, los residuos sanitarios como Epis, que son de un solo uso, se multiplicaron de forma exponencial al inicio de la pandemia. 

Estos son solo algunos de los ejemplos más visibles de residuos sanitarios que tenemos a nuestro alcance. Sin embargo, el ámbito de estos residuos es muy amplio: desde restos biológicos, de curas, bisturís hasta restos biosanitarios contagiosos y otros como los radioactivos. 

Un mal manejo de los residuos sanitarios puede exponer a las personas que estén en contacto con estos: desde enfermedades, lesiones y efectos tóxicos hasta otras complicaciones. Y es que, una mala gestión de este tipo de desechos puede acabar provocando un problema de salud pública que incluso puede afectar al medioambiente. 

Por lo que conocer cómo tratar este tipo de residuos es algo fundamental. La clasificación y eliminación de material sanitario puede parecer una labor complicada, pero lo cierto es que la gestión de residuos sanitarios también trae consigo muchos beneficios. Muchos de estos residuos pueden ser reciclados al igual que otros desechos domésticos e industriales. 

Para saber cómo se realiza la clasificación y eliminación de material sanitario, y qué residuos sanitarios pueden ser aprovechados para su reciclaje, te recomendamos que sigas leyendo este artículo. 

Clasificación de los residuos sanitarios

La clasificación del material sanitario no es arbitraria. Existe un protocolo específico de clasificación y eliminación sobre esta cuestión recogido en la ley. Nos referimos a la legislación española, concretamente al Real Decreto 833/1988 de 20 de julio, sobre residuos tóxicos y peligrosos; a la Ley 10/1998 de 21 de abril de residuos y a las distintas normativas de las comunidades autónomas, que los clasifican dentro de distintas categorías. 

Toda esta legislación establece un modelo de clasificación y eliminación del material sanitario. Así se engloban los restos sanitarios:

  • Residuos sanitarios asimilables a residuos municipales o de tipo I

Estos residuos son los generados en actividades no específicamente sanitarias y que no requieren de precauciones especiales para su gestión. Por tanto, aquí se engloban la mayoría de residuos municipales, producidos por las personas por razón personal o laboral.  

Dentro de esta categoría se incluyen los domésticos: papel, cartón, plásticos; los residuos de cocina, de jardinería y de la actividad administrativa o de oficina. Por su naturaleza, casi todos se pueden reciclar. 

  • Residuos sanitarios no específicos o de tipo II

Son un tipo de residuos generados a causa de la actividad sanitaria. Por su naturaleza especial, deben tener medidas de prevención en la manipulación, la recogida, el almacenamiento y el transporte. 

Estos residuos incluyen entre otros, material de curas, yesos, ropa y material de cama. Y otro material de un sólo uso contaminados con sangre, jeringas, secreciones y/o excreciones, etc. Por el tipo de residuos que son, en la mayoría de los casos no es posible el reciclaje de los materiales una vez estén fuera del centro sanitario. 

La gestión fuera del centro es equiparable a los residuos sólidos urbanos. 

  • Residuos sanitarios específicos o de riesgo o tipo III

Son un tipo de residuos que pueden suponer un riesgo para la salud y el medio ambiente. Por ello, requieren de medidas especiales. Se pueden clasificar en las siguientes subsecciones:  

  1. Residuos sanitarios o infecciosos: son aquellos que pueden transmitir alguna  enfermedad infecciosa como el tifus, el cólera, meningitis, rabia, sida… Su eliminación tendría que realizarse mediante un gestor autorizado. 
  2. Residuos anatómicos: aquí se engloba cualquier resto anatómico humano que se pueda reconocer, fruto de la actividad de cirugía, parto u operatorio. 
  3. Sangre y hemoderivados en forma líquida. Todos los recipientes que contengan sangre, hemoderivados, o líquidos biológicos independientemente del volumen. Un ejemplo gráfico son las bolsas de sangre. 
  4. Agujas y material punzante y cortante. Se incluye cualquier objeto punzante o cortante utilizado en la actividad sanitaria, independientemente de su origen. Esta clasificación iría desde las agujas, pipetas o bisturís hasta los cubreobjetos, capilares y tubos de vidrio. Existe la posibilidad de reciclaje. 
  5. Vacunas vivas y atenuadas. En este caso, aquí se incluirían los restos de las vacunas contra el Covid19 o la de la gripe común. 
  • Residuos tipificados en normativas singulares o de tipo IV

Este tipo de residuos son residuos especiales que desde el punto de vista higiénico y medioambiental deben tener un tratamiento individual y único para eliminarlos. Muchos tienen sus normas legales específicas. Estos residuos incluyen:

  1. Residuos citostáticos o citotóxicos: restos de medicamentos no aptos para el uso terapéutico, y todo el material de un solo uso que pueda haber estado en contacto con esos fármacos. 
  2. Restos de sustancias químicas: residuos contaminados con productos químicos que les dan el carácter de residuo industrial. Se trata de materiales muy diversos, como pilas, termómetros, disolventes, reactivos químicos, baños de revelado de radiografías, medicamentos, etc.
  3. Medicamentos caducados, aceites minerales y sintéticos, y otros residuos que porten metales.
  4. Residuos radiactivos: son residuos contaminados con sustancias radiactivas. 
  5. Restos anatómicos humanos con entidad: se refieren a aquellos restos humanos que por su naturaleza tienen más entidad, tales como cadáveres, o restos voluminosos fruto de actividades quirúrgicas. Su gestión está tipificada en la ley (Decreto 2263/74, BOE de 17.8.1974).
  • Residuos de equipos de fuera de uso o de tipo V

Por último, en algunas normativas también se especifica una quinta categoría, la de equipos sanitarios fuera de uso.

Esta sección comprende la maquinaria electrónica, informática y los equipos instrumentales. Estos deben ser almacenados en condiciones de seguridad para que se anule cualquier posible peligro para la salud y el medio ambiente.

Eliminación de los residuos sanitarios y opciones de reciclaje

La eliminación del material sanitario es otra de las claves que delimita la legislación. Dada la complejidad de esta materia, no existe una sola manera de abordar cada categoría. 

Una vez recogidos los residuos se depositan en recipientes especiales habilitados para ello, serán trasladados a distintos destinos en función de su reciclaje:

  • Residuos urbanos generados en el centro médico

clasificación de material sanitarioSon los residuos de tipo I y son los más numerosos. Al no haber estado en contacto con pacientes o con infecciones, prácticamente todos se pueden reciclar: sobre todo se engloban en papel, cartón, plásticos y textiles.

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  • Los residuos sanitarios no específicos recogidos en la segunda categoría

Fuera de los centros se deben tratar como residuos asimilables a los municipales. En ese sentido, habrá muchos contaminados por restos biológicos que no puedan ser reciclados y otros en los que sí quepa esa posibilidad tras una esterilización previa. 

  • Los residuos de riesgo de Tipo III

En este apartado hay una amplia complejidad en cuanto a su eliminación. En todos los casos, el tratamiento posterior deberá atender a criterios de inocuidad, asepsia y salubridad con el fin de garantizar la eliminación de los patógenos y la protección del medio ambiente.

Muchos de estos residuos no tienen otro fin que la incineración en hornos preparados para esta finalidad o mediante neutralización química llevada a cabo mediante empresas especializadas en la materia. Sin embargo, se da la casualidad de que en muchos países se están imponiendo medidas de eliminación alternativas a la incineración. 

Por ejemplo, la eliminación de algunos de estos residuos no humanos se realizaría mediante un tratamiento por microondas o mediante una esterilización previa seguida de una trituración, asimilando por último los restos triturados a los residuos urbanos. 

Este es el resultado que se le da, por ejemplo, a los residuos cortantes y punzantes de este tipo, como agujas de bisturí, estiletes y cualquier otro material metálico.  

  • Residuos de normativas singulares o de tipo IV:

Dada su gran variedad, existen diversas formas de reciclar y eliminarlos. Por subsecciones, estas son algunas de las maneras:

    • Residuos citostáticos o citotóxicos: no se pueden reciclar. Deben ser empaquetados siguiendo unas estrictas medidas de seguridad, transportados e incinerados. El manejo de estos desperdicios está regulado en la Ley 22/2011. 
    • Restos y residuos químicos: por su peligro para la salud no se pueden reciclar deben ser eliminados. 
    • Desechos farmacéuticos o de medicamentos: tienen que tratarse junto con los residuos citotóxicos.
    • Residuos radioactivos: por su especial categoría, no se reciclan. Su recogida y eliminación es competencia exclusiva del Estado. Concretamente de ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, S.A.).

Fuera de estas categorías, todos los restos humanos anatómicos de las categorías Tipo III y Tipo IV quedan empaquetados y transportados con todas las medidas de seguridad para ser incinerados.

  • Residuos de equipos fuera de uso o de tipo V

maquinaria para eliminación de material sanitarioEstos son la maquinaria electrónica, informática y los equipos instrumentales, los cuales están almacenados y ya no son un peligro para la salud o el medio ambiente, y por ello, pueden ser reciclados. Además, MYCSA cuenta con una máquina específica para esta categoría en concreto, la THM TQZ Turbo Triturador, especializada en el reciclaje de aparatos electrónicos.

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